El desapego y la toma de consciencia de aquello que nos resta energía y bienestar es imprescindible en nuestra vida.
Bienvenido el desapego
Nada me puede hacer más feliz en este momento que la limpieza física y reforma que en el despacho y el hogar. Consciente de la necesidad me resultaba difícil porque algunos objetos, ropa, recuerdos… me conectaban con mis viajes, con personas, momentos y emociones muy positivas. Con exparejas y amistades. Y también con mi padre que como era un manitas hizo cosas fantásticas en este hogar.
Ahora estoy feliz de haber tirado y regalado. De redecorar el hogar con colores con los que conecto. ¡Nunca imaginé que estaría tan ilusionada ante la idea de limpiar sobre nuevo!
Os confieso que también he practicado el desapego en relaciones y en trabajos, personas con las que no vibraba. Agradeciendo su aprendizaje y permitiéndonos volar para que sigamos cada una nuestro camino.
Aprender a vaciar mente y corazón para dar espacio a otras personas es lo mejor que he podido hacer en mi vida.
Créeme, lograr el desapego de forma fácil es posible.
Hablar del apego o de las dependencias emocionales que los seres humanos sufrimos en algún momento de nuestra vida es algo muy habitual en mi consulta. Apego a la pareja, apego a los hijos, apego al trabajo…
El apego y las dependencias emocionales
Walter Riso ha dedicado su libro Desapegarse sin anestesia a este concepto del apego, que es para Riso el principal motivo de sufrimiento de la humanidad. Riso cree que se deberían hacer campañas de prevención para el alumnado ya en primaria.
Todas las dificultades en nuestra vida adulta, especialmente en cuanto a relaciones de pareja y la dificultad en el logro de objetivos tienen su origen en la infancia. Así es que cuanto más nos enseñen en esa etapa infantil, mejor nos irá en etapa de adolescencia y adulta.
Este psicólogo opina que, si consideras que algo o alguien en tu vida es indispensable para lograr tu felicidad, tienes un problema porque “estás a la sombra de tu amo”.
En su libro Desapegarse sin anestesia, Riso señala las necesidades secundarias de las que podemos prescindir para nuestra supervivencia emocional. Además, proporciona las claves para enfrentarnos a nuestros apegos. Para el psicólogo Walter Riso, “una relación dependiente significa entregar el alma a cambio de obtener un falso placer y seguridad”.
Apuesta por el desapego
En Occidente tendemos a desperdiciar nuestra energía en relaciones, objetos, ropa, tareas que no nos aportan… vínculos que no nos ayudan.
Quien invierte el 80% de su tiempo soportando una relación de pareja de desamor o con alto grado de dependencia para obtener muy, muy poquito beneficio es para cuestionarse si le conviene cambiar de vida.
En los países orientales es diferente. Me encanta la filosofía del budismo, por ejemplo. Te educan con la idea de que las cosas y las personas se van. Y que no son para siempre. Es esencial aprender a aceptar la posibilidad de la pérdida, porque como posibilidad existe.
Es importante fijarnos metas y hacer lo posible para conseguirlas. No rendirse. Y también aprender a soltar esas metas y objetivos. Enfocarnos en disfrutar del camino que nos lleva a conseguir lo que queremos.
Creencias falsas de las que desprenderte para lograr el desapego
Te animo a la reflexión, ¿tienes esos pensamientos o ideas con frecuencia?
Estas 4 creencias limitantes según Riso conectan con el apego:
1. es permanente
2. te va a hacer feliz,
3. te va a dar seguridad total, y
4. dará sentido a tu vida.
“El apego es un vínculo obsesivo con un objeto, idea o persona que se fundamenta en cuatro creencias falsas«. Walter Riso
¿Qué pierdes cuando te apegas a algo o a alguien?
El apego daña, según Riso y además, es el principal motivo de sufrimiento en la historia de la humanidad.
Pierdes tu dignidad, tu respeto, tus valores esenciales. También pierdes la preciada libertad.
El apego despierta el miedo a perder a esa persona o a aquello que deseas. Y la intranquilidad y ansiedad casi permanente. Y el miedo al abandono y el miedo a la soledad.
Además, tu mente se enfoca en invertir recursos y se olvida del disfrute.
Tu alegría brilla por su ausencia.
Dime ¿te identificas con esos sentimientos?
El apego como comportamiento adictivo
Las personas tendemos a llamar apego a las adicciones que no están clasificadas.
Existen adicciones que son aceptadas y admitidas por la psicología y la psiquiatría como la adicción al juego o adicción a las pantallas. Otras adicciones no, como al cuidado del cuerpo y al gimnasio no lo están.
La palabra adicciones nos pone en situación de alerta. Sin embargo, la palabra apego parece que tiene en occidente un punto amable y positivo. Nos conecta con cariño y protección. Por si os interesa, Riso en su libro se refiere al apego de situaciones o personas.
¿Cómo identificar un apego?
Comenta Riso que “cualquier necesidad es potencialmente susceptible de convertirse en un apego. Incluso necesidades primarias como comer o tomar agua».
Te das cuenta de que estás cayendo en un apego cuando no puedes controlarlo. Sientes que te hace mucha falta. La necesidad de estar con esa persona, tener ese objeto, o ir a ese lugar se convierte en algo imprescindible.
Eres incapaz de decir: si lo tengo o si voy, bien, y si no, también es genial.
Cuando eres incapaz de renunciar al deseo,
estás en el apego.
¿Por dónde empezar en tu camino al desapego?
Cuida tus pensamientos y tu lenguaje.
«Te necesito» implica que esa persona es imprescindible y que tú te anulas. Que ese objeto es esencial y sin él no eres nadie.
Puedes empezar por tomar conciencia, y por este ejercicio:
Cuando te venga un pensamiento o vayas a expresar una idea, sustituye te necesito por esta expresión: te prefiero o te elijo.
Se trata de elegir desde la libertad.
Y recuerda que la meditación es una herramienta magnífica para el autoconocimiento.
Fuente: Entrevista Walter Riso y su libro desapegarse sin anestesia
Dime, ¿dudas si tienes algún apego? ¿o lo tienes claro y te gustaría desprenderte de él?
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