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Soledad es aprender a estar con un mismo aunque culturalmente se suele asociar a fracaso, abandono o a no ser valioso. El miedo a la soledad nos paraliza en ocasiones.

La soledad elegida se comprende con dificultad en la sociedad. Probablemente en algún momento de nuestra vida hemos opinado y juzgado a otras personas al pensar “alguna tara tendrá que esta solo o sola”. Sin admitir que así lo eligió y decidió esa persona. Además, ello no significa que quien elige estar en soledad se sienta feliz y conforme. Quizás su miedo a la soledad sea en realidad a establecer lazos con otras personas y sentirse rechazado o mostrarse vulnerable.

¿Sientes miedo a la soledad?

Es interesante reflexionar sobre ese miedo a la soledad, a estar y sentirnos en soledad, a hablarnos y no saber qué contestarnos. En nuestra infancia no nos enseñan a reflexionar y escucharnos. No nos enseñan a conocernos y comprendernos, a contestarnos, y mucho menos aceptarnos. Por otro lado, crecemos sin aprender a conectar con nuestra esencia. Cuando somos personas adultas nos asusta y resulta complicado comprender lo necesario y beneficioso de una soledad adecuadamente gestionada.

Nadie nos educa para sentirnos felices y en calma cuando estamos con nosotros mismos. Y resulta que a estar con una misma le llamamos soledad, un término bastante peyorativo porque culturalmente se suele asociar a fracaso, abandono o a la valía.

Nos educan en la importancia de establecer relaciones con otras personas y pertenecer a grupos. Correcto. Somos seres sociales y todos necesitamos el apoyo de otros seres para compartir alegrías y calmar nuestro sufrimiento. Pura supervivencia. Es una necesidad básica. El problema es que olvidan enseñarnos a relacionarnos con nosotros mismos, en soledad, algo igualmente necesario.

Hace unos días asistí a una interesante tertulia sobre la soledad. Para unos tiene que ver con necesidad de atención y compresión; para otros con compartir tiempo.

Observaba que algunas personas aceptan y manejan su soledad de manera natural, incluso la añoran; otras aprendemos a base de «pataditas» y experiencias. Hay quien combate el vacío de la soledad llenando su agenda y su vida con amistades, parejas, trabajo o actividades para aparentar que no está solo; despierta su miedo a la soledad y prefiere autoengañarse dejando al descubierto su baja autoestima y el apego a determinadas personas y relaciones. Otras personas saben que necesitan sus momentos de soledad y los aprovechan.

La soledad elegida se comprende con dificultad. Probablemente hemos opinado y juzgado al pensar “alguna tara tendrá”, y lo mismo habrán pensado de nosotros. Sin embargo, pudo ser su decisión aunque no se sienta bien por ello; quizás su miedo sea a establecer lazos con otras personas y sentir el rechazo o mostrarse vulnerable.

Crecemos sin aprender a conectar con nuestra esencia. En la infancia no nos enseñan a reflexionar, a escucharnos y contestarnos; a conocernos. Y de adultos nos asusta estar en soledad, no sabemos sentir ni que decirnos. Nos resulta difícil de gestionar, incluso complicado de comprender que es necesario y beneficioso.

¿Por dónde empezar?

Aquí te adelanto los puntos que a mí me sirvieron:

 

Plan de acción para superar el miedo a la soledad

Es importante empezar por abandonar la creencia limitante de que estar en soledad es aterrador. Y también aprender a gestionar nuestras emociones aprovechando esos momentos de soledad para conectar con quienes somos y nuestro para qué en la vida.

El autoconocimiento me ayudó a reconocer ese miedo a la soledad instalado en mi subconsciente. A conectar y disfrutar de mi compañía, aunque otros la llamen soledad, sin olvidar relacionarme con otras personas.

Por mi experiencia, mi propio desarrollo y el acompañamiento a otras personas, es vital experimentar ese sentimiento de soledad. La clave está en el equilibrio, en la aceptación de que necesitamos cultivar nuestra parte social y solitaria. Ambos estados son necesarios para nuestro bienestar y equilibro físico, mental, emocional y espiritual

¿Cómo llegar a hacerte amigo de la soledad?

  1. Reconoce tus emociones. ¿Cómo te sientes?
  2. Reflexión profunda, ¿Qué te da miedo cuando estas solo? Imagina la peor situación.
  3. Acepta ese miedo y esa dificultad para sentir bienestar.
  4. Permítete disfrutar tanto en compañía de otras personas como de ti.
  5. Conecta contigo. Potenciarás tu autoconfianza y tu seguridad, ganando en autoestima y evitando la dependencia emocional.
  6. Encuentra una motivación: ¿Qué ganarías y qué perderías sin ese miedo? ¿Cómo serían tus relaciones con otras personas y contigo misma?
  7. Establece pequeños objetivos concretos y medibles, con un plan de acción que te lleve a realizar una actividad con tu única compañía.

 

Por mi experiencia, desde el momento en que te conectas con tu esencia y descubres quien eres, te sientes en calma contigo mismo y te va a resultar más fácil relacionarte con otros e incluso elegir. Me refiero a elegir conscientemente con quién quieres relacionarte, evitando la necesidad y el apego a personas y relaciones que apuntan a ser tóxicas. Te cuestionas si son necesarias en tu vida y si aportas algo a las suyas, y decides.

¿Y tú, qué piensas de la soledad? ¿Qué herramienta te falta para sentirte en calma estando en soledad?

 

 

Únete y comenta tú también 2 Comentarios

  • IVONNE dice:

    Gracias por compartir de corazon, necesitaba respuestas y aquí las encontré.
    He podido comprender mas acerca de mi miedo a la soledad y llevare a cabo las pautas sugeridas

    • Ana Martin Merayo dice:

      Hola Ivonne, ¡cuánto me alegra que te haya servido para hacer click! Cuando leemos o vemos vídeos, lo que sea qeu nos lleve a tomar conciencia de qué nos pasa considero esencial hacer algo diferente. Así que si alguna de mis sugerencias te ayudan a dar pasos es maravilloso. Un abrazo y a seguir en el camino de la evolución:) Nunca termina.

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